¡Descubre la historia del emblemático Funicular del Tibidabo! Se trata del primer funicular de España y un importante icono de la ciudad de Barcelona que, desde 1901, acerca la cima de la montaña a los visitantes del Tibidabo.

Desde 1901

El Dr. Andreu y los inicios de la urbanización del Tibidabo

 

A finales del siglo XIX, Salvador Andreu i Grau (Barcelona, 1841-1928) había tenido un notable éxito en los negocios a partir de la buena aceptación de los productos de su industria farmacéutica. Este hecho le impulsó a llevar adelante diversas operaciones relacionadas con la construcción y el urbanismo. El 20 de febrero de 1899, el Dr. Andreu constituyó la “S.A. El Tibidabo”, conjuntamente con un grupo de prohombres de la época, los cuales se lanzaron definitivamente a la aventura de la adquisición de una gran finca (que se extendía desde lo que hoy es el Passeig Sant Gervasi hasta la cima del Tibidabo) y de la urbanización del Tibidabo.

 

Los orígenes del Funicular del Tibidabo

 

La decisión de instalar un funicular para llegar a la cima del Tibidabo fue fruto de una casualidad. El poeta Celestino Barallat, amigo de Pere Cantarell (profesor de música de los hijos del Dr. Andreu), recordó que había traído de un viaje a Suiza un folleto de un funicular y se apresuró a hacerlo llegar al farmacéutico, que decidió de inmediato que aquel "extraño ascensor" era el transporte idóneo para acceder a la cima del Tibidabo.

 

Evolución del funicular

 

A mediados de 1900, se empezaban las obras de construcción del primer funicular de España, inaugurado el 29 de octubre de 1901. Este se convertiría en la primera gran atracción del Parque de atracciones Tibidabo, dado el carácter innovador en la época de este singular medio de transporte. El ingeniero elegido fue Bonaventura Roig i Queralt que, después de estudios preliminares y viajes a Suiza, comenzó las obras el 16 de junio de 1900. El 3 de julio de 1901 el funicular hizo la primera ascensión, pero la inauguración oficial no fue hasta finales de octubre, una vez terminadas las obras y ajustes.

Las primeras carrocerías del funicular eran de madera, construidas por los talleres Estrada de Sarrià, y disponían de cinco compartimentos repartidos entre las clases preferente y general, con una capacidad máxima de 80 personas. El trayecto del Funicular tiene una longitud de 1130 metros y un desnivel de 275 metros entre la estación inferior y la superior.

Desde 1901 hasta la actualidad, el Funicular del Tibidabo, que ha transportado a miles de personas de todo el mundo hasta la cima de la montaña, ha sido remodelado en varias ocasiones. Una de las más destacadas fue en 1958 en que las carrocerías de madera se sustituyeron por carrocerías metálicas. En otoño de 2019, el antiguo funicular hizo su último viaje antes de dar a paso a una nueva etapa. Aquí nace la Cuca de Llum.

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