Atracciones emblámaticas
Talaia
El 18 de diciembre de 1921 se abría la Talaia o Gran Palanca, una imponente construcción metálica de 50 m de altura que ascendía a los visitantes hasta situarlos a 551 m sobre el nivel del mar. El éxito fue rotundo, hasta el punto de que el público le atribuyó propiedades curativas: se creía que si los niños con tos ferina estaban unos minutos en aquellas alturas, les hacía bien.
Hoy es una atracción única en el mundo que no ha perdido la capacidad de ofrecernos sensaciones difíciles de olvidar. Un auténtico balcón en la ciudad de Barcelona.
Avió
Esta fue la última gran obra del Dr. Andreu y es quizás una de las atracciones más emblemáticas del Parque de atracciones. Sin duda, el icono del Tibidabo. "Os traerá como un gigantesco pájaro sobre una panorámica increíble y notará las sensaciones que se dan en los viajes aéreos", así se anunciaba la incorporación del Avió el 23 de septiembre de 1928.
Construido en los Talleres Estrada de Sarrià y proyectado por los ingenieros Fath bajo la dirección de Mariano Rubió, es una réplica del primer aparato que hizo el trayecto Barcelona-Madrid. Como principal característica cabe mencionar que es impulsado por su propia hélice y en el interior conserva elementos originales como la estación radiotelefónica de 1933.
El 31 de enero de 2017 se descuelga el Avió por primera vez, después de 88 años en funcionamiento, para ser restaurado, conservando la estructura y la esencia de la atracción original. Hasta entonces había recorrido la distancia equivalente a 20 vueltas en el mundo.
Museo de Autómatas
Desde la apertura del Parque de atracciones en 1901, este fue importante de varios países europeos autómatas y máquinas automáticas. Pero a partir de 1925 fueron los propios trabajadores quienes les fueron fabricando hasta 1954.
Actualmente, la pieza más antigua es el Payaso Mandolinista del año 1880, pero destacan otros muy populares como Los Equilibristas, La Orquesta Prodigiosa, El Poeta se duerme o La Monyos, personaje célebre de las ramblas en los años treinta. La fama de la colección hizo que incluso Walt Disney quisiera comprarlos en 1957 durante una visita al Parque de atracciones. Afortunadamente, se marchó con las maletas vacías por la negativa de la empresa a venderlos.
A finales de los años setenta fueron retirados de la intemperie del Parque para ser restaurados en profundidad y desde 1982 forman parte del Museo de Autómatas. El museo se encuentra dentro de un edificio modernista de 1909 y constituye una de las mejores colecciones del mundo.
La última incorporación ha sido Los hermanos Gaüs o El equilibrio del Mundo, autómata de última generación creado por Lluís Ribas, restaurador y conservador actual del Museo. Esta pieza fue finalista a la exposición universal de Aichi en Japón en el año 2005.
Giradabo
Las norias o ruedas panorámicas son atracciones clásicas de los parques de atracciones. En los años 50 y en los años 60 se instalaron varias, dos infantiles y la gran rueda panorámica al nivel 6, donde actualmente está situado el Carrusel.
A finales de los años 80 se inauguró el Panoramic, la noria predecesora del actual Giradabo, que llegó al Parque en 2014 y donde se adaptó una cesta para personas con movilidad reducida.
Carrusel
Los carruseles son atracciones icónicas en los parques de atracciones y en las ferias. En el Tibidabo, el primero llegó en 1910, con el relanzamiento definitivo del Tibidabo como Parque de atracciones, y era un Carrusel eléctrico que se instaló donde actualmente están los Crash Cars (en aquellos años no existía el nivel 5). A medida que pasaban los años se instalaron otros carruseles para niños y otros para toda la familia hasta llegar a lo que conocemos ahora, que se instaló en 1989 en el Área Panorámica.
Este Carrusel, ambientado con detalles de época, está decorado de forma personalizada. Hay pinturas, en la parte interior del techo, de los autómatas que se pueden encontrar en nuestro Museo de Autómatas. En la parte exterior del techo, además, hay pintados lugares emblemáticos de la ciudad de Barcelona.